Conquista musulmana de Sicilia

Conquista musulmana de Sicilia
Parte de Expansión musulmana y Guerras árabo-bizantinas
Fecha Junio de 827 -- Agosto de 902
Lugar Sicilia
Resultado Victoria aglabí
Cambios territoriales Conquista aglabí de Sicilia
Beligerantes
Imperio bizantino
Venecia
Califato abasí

Emirato aglábida de Ifriquía
Emirato de Córdoba

Ducado de Nápoles
Comandantes
"Balata"

Giustiniano Participazio
Teodoto
Alejo Mosele

Constantino Contomita
Eufemio de Mesina

Asad ibn al-Furat
Al-Abás ibn al-Fadl ibn Ya'qub al-Fazari
Abdalá II de Ifriquía

Ibrahim II de Ifriquía

La conquista musulmana de Sicilia empezó en junio del 827 y duró hasta el 902, cuando la última fortaleza bizantina importante de la isla, Taormina, cayó en poder de los musulmanes. Aunque algunas plazas fuertes aisladas quedaron en manos bizantinas, la isla en su conjunto quedó dominada por los musulmanes hasta que los normandos la conquistaron a su vez en el siglo XI.

A pesar de que Sicilia había sufrido asaltos musulmanes desde mediados del siglo VII, estas incursiones no pusieron en peligro el control bizantino de la isla, que permaneció en general como un territorio remoto del imperio aislado del conflicto con el islam. En el 827, los emires aglabíes de Ifriqiya tuvieron ocasión de intervenir en la isla gracias a la revuelta del comandante de la flota local, Eufemio. Derrotado y expulsado de la isla, este solicitó la ayuda de los aglabíes. Estos vieron la oportunidad de expandir sus dominios, de encauzar las energías de sus levantiscos militares y de moderar las críticas de los estudiosos islámicos mediante la defensa de la yihad, y enviaron tropas a socorrer a Eufemio. Poco después, sin embargo, los aglabíes lo arrumbaron. El primer asalto a la capital isleña, Siracusa, fracasó, pero los musulmanes resistieron el siguiente contraataque bizantino y conservaron unas cuantas fortalezas que habían ocupado. Con la ayuda de refuerzos de Ifriqiya y al-Ándalus, en el 831 tomaron Palermo, que devino capital de una nueva provincia musulmana.

El Gobierno bizantino envió unas cuantas expediciones a ayudar a los lugareños contra los musulmanes, pero, ocupado en la lucha contra los abasíes de la frontera oriental y los sarracenos cretenses en el Egeo, no pudo centrarse en lograr la expulsión de los musulmanes, que se dedicaron a atacar las posesiones bizantinas durante las tres décadas siguientes casi impunemente. La gran fortaleza de Enna en el centro de la isla fue el principal núcleo bizantino que impidió la expansión musulmana, hasta su conquista en el 859. Tras su caída, los musulmanes aumentaron su hostigamiento de la zona oriental de la isla, y después de un asedio largo, tomaron Siracusa en el 878. Los bizantinos conservaron algunas fortalezas en la zona nororiental de la isla algunas décadas más y emprendieron algunas campañas para recuperarla hasta bien entrado el siglo XI, pero no pusieron en peligro en ningún momento el control musulmán. La caída de la última fortaleza bizantina importante, Taormina, en el 902, marcó la conclusión de la conquista musulmana de Sicilia.

Durante el periodo de dominio musulmán, la isla prosperó y finalmente se independizó de Ifriqiya para formar un emirato semiindependiente. La comunidad musulmana de la isla sobrevivió a la conquista normanda de la década de 1060 e incluso prosperó con los reyes normandos. Surgió una mezcla cultural única, que desapareció con la expulsión de los musulmanes a Lucera en la década de 1220, tras una fallida revuelta.


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